CLASIFICACIÓN:
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EMOCIONES
- AGRESIVIDAD
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AUTOR:
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M.R Cheneider
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EDAD:
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A
partir de dos años
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WEBGRAFÍA
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http://laclasedeelita.blogspot.com
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QUE
TRABAJAMOS:
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Las
peleas y las rabietas
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Tortuguita era una
tortuga pequeña a la que su mamá llevaba todos los días a la escuela. Cuando
mamá Tortuga la preparaba para ir a la escuela siempre protestaba, prefería
quedarse en casa jugando. No le gustaba colorear, hacer dibujos, escuchar
cuentos, cantar canciones, hacer plastilina. Siempre molestaba a sus compañeros
y se enfadaban con ella, siempre estaba metida en líos.
Cada día, al ir a la
escuela, prometía a su mamá que se iba a portar bien pero siempre acababa por
tirar las cosas, gritar, correr, insultar, pegar a los demás y la maestra ponía
su foto en la margarita triste. En el comedor, algunos días, no quería comer y
tiraba la comida y las cuidadoras se enfadaban con ella.
En casa también se portaba
mal: no quería recoger los juguetes, daba malas contestaciones, no quería hacer
las cosas y sus papás estaban disgustados y se enfadaban, la castigaban a su
habitación.
Y empezó a pensar que
era una tortuga mala y comenzó a sentirse muy, pero que muy mal. Un día, cuando
peor se sentía, se encontró con la tortuga más grande y vieja de la ciudad
.Tenía 200 años y era tan grande como una casay era muy sabia, todos la pedían
consejos.
Doña Tortuga, que así
se llamaba, le dijo:
- Tortuguita ¿qué te
pasa? ¿por qué estas tan triste?
- Porque soy una
tortuga mala. No me quiere nadie, todos me regañan.
Doña Tortuga, que era
tan buena como sabia le dijo:
- La solución de tus
problemas está en tu caparazón.
- ¿En mi caparazón?
- Si, puedes
esconderte dentro de tu caparazón, cuando te enfades antes de pegar, dar voces,
insultar, decir palabrotas, molestar. Cuando te encuentres dentro de tu concha,
te quedas tranquila y piensa lo que tienes que hacer. Así pues, la próxima vez
que te enfades métete enseguida dentro de tu caparazón.
Al día siguiente
Tortuguita lo comprobó. Cuando se enfadaron sus compañeros y no querían jugar
con ella, se empezó a enfadar mucho mucho y recordó lo que le había dicho Doña
Tortuga, encogió sus brazos, piernas y cabeza y los metió dentro del caparazón
y se mantuvo quieta hasta que se tranquilizó y pensó lo que debía hacer. Cuando
salió fuera la maestra la felicitó, en vez de reñirle. Todos los viernes, la
maestra ponía en su frente una pegatina y sus papás estaban muy contentos.
En casa en vez de dar
malas contestaciones se metía dentro de la concha a pensar. Y luego recogía los
juguetes y hacía lo que le decían sin protestar. Todos estaban muy contentos,
antes de irse a la cama le daban un achuchón muy, pero que muy grande y le
leían un cuento. Otros días ayudaba a su mamá a hacer natillas, un bizcocho
para desayunar.
Sus amigos le
preguntaban cuál era su secreto mágico. Un día Tortuguita les contó su secreto
mágico y desde entonces no hay peleas, nadie dice palabrotas, no se insultan ni
molestan, son buenos compañeros y amigos, pero sus papás y mamás no saben lo
qué pasa en esa clase porque nadie ha contado el secreto. FIN
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