CLASIFICACIÓN:
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VALORES - SINCERIDAD
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AUTOR:
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Lucia collado
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EDAD:
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A partir de cuatro años
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WEBGRAFÍA
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http: luciacollado.blogia.com
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QUE TRABAJAMOS:
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Si nos aprovechamos con mentiras de otras personas, al final seremos nosotros los que sufriremos
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Hubo una vez un conejo blanco que quería cruzar el mar. A través de
las olas podía ver una bella isla y deseaba mucho ir ahí. Pero
él no podía nadar y ahí no había botes. Entonces, tuvo una
idea. Llamó a un tiburón en el mar y le dijo: “OH!, señor tiburón,
cuál de nosotros tiene más amigos, usted o yo?”
“Yo estoy seguro que yo tengo más amigos”, dijo el tiburón.
“Bien, vamos a contarlos para estar seguros”, dijo el conejo.
“Porqué no pone usted sus amigos en fila en el mar entre aquí y esa isla
allá?, entonces yo puedo contarlos.”
Así, todos los tiburones hicieron una fila en el mar, y el conejo fue
saltando sobre la espalda de un tiburón a la del siguiente, contando,
“uno, dos, tres, cuatro...”. Finalmente, llegó a la isla.
Entonces, se tornó hacia los tiburones y dijo: “Ja, ja!, ustedes
son estúpidos tiburones. Yo verdaderamente los engañé. Los
utilicé para hacer un puente para mi, sin ustedes ni siquiera
saberlo.”
Los tiburones se pusieron muy enojados. Uno de ellos alcanzó al
conejo con su largo hocico y le arrancó un pedazo de su piel.
“OH, esto duele!”, gritó el conejo y comenzó a llorar.
Justo entonces, llegó ahí el rey de la isla. Le preguntó al conejo
qué le pasaba, y cuando escuchó el relato del conejo, le dijo: “Tu
nunca más debes engañar a los
demás y decirles mentiras otra vez. Si tu prometes ser bueno, yo te
diré como puedes recuperar tu pelo de nuevo.”
“Oh, lo prometo, lo prometo”, dijo el conejo.
Fue entonces, que el rey amontonó algunos juncos e hizo un nido con ellos
. “Ahora, duerme toda la noche, ahí en este nido de juncos”, dijo el
rey, “y tu pelo crecerá de vuelta.”
El conejo hizo como se le dijo. A la mañana siguiente fue adonde el
rey y dijo: “muchas, muchas gracias!, todo mi pelo creció de nuevo y yo
estoy bien otra vez. Gracias!, gracias!, gracias!”
Entonces el conejo fue saltando a lo largo de toda la playa, bailando y
cantando. Y nunca más trato de engañar o burlarse de nadie de nuevo.
FIN
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