CLASIFICACIÓN:
|
EMOCIONES - RABIA
|
AUTOR:
|
Pedro Pablo Sacristan
|
EDAD:
|
De dos años
|
WEBGRAFÍA
|
http:wwwcuentosparadormir.com
|
QUE TRABAJAMOS:
|
La mejor forma de
actuar frente a las burlas de otros, es a través de la indiferencia
|
Roque estaba llorando en el patio. Algunos de sus compañeros se habían
estado metiendo con él, como hacían frecuentemente, y no había nada que le
diera más rabia. Pero por mucho que les dijera, gritara o amenazara, no dejaban
de hacerlo.
Un chico mayor, que lo había visto todo, se acercó y le dijo:
- Si quieres que no te vuelva a ocurrir eso, tendrás que llegar a ser como
El torito Chispa Brava. ¿Te cuento su historia?
- ¡Sí!
- Chispa Brava era un toro de lidia
que una vez pudo ver una televisión desde el prado. Televisaban una corrida de
toros, y al ver cuál iba a ser su final, dedicó el resto de su vida a
prepararse para aquel día, el de su corrida. Y no tardó en llegar.
Cuando salió a la plaza, recibió un primer puyazo en el lomo. Era muy
doloroso, y sintió cómo su sangre de toro le pedía a gritos venganza. Pero él
sabía lo que tenía que hacer, y se quedó inmóvil. Pronto apareció el torero
provocándole con su capote al viento y su traje rojo. Volvió a sentir las
mismas ganas de clavarle los cuernos bien adentro, pero nuevamente, tragó saliva
y siguió quieto. No importó que siguieran tratando de animar al torito con
puyas, banderillas y muletas: siguió tan quieto, que al cabo de un rato, toda
la plaza estaba silbando y abucheando, hasta que decidieron cambiar de toro,
porque resultó el toro más aburrido que se recuerda. Así que Chispa
Brava fue devuelto a su prado para seguir vivviendo tranquilamente. Y nunca
más trataron de torearle, porque todos sabían que claramente no servía para las
corridas.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo?
- preguntó Roque.
- Pues todo, chico. A Chispa Brava
le llevaron a una plaza de toros porque querían divertirse a su costa. Cuanto
más hubiera respondido al capote y las banderillas, más
se habrían divertido, y no habrían parado hasta terminar la corrida. A ti te
pasa lo mismo con esos abusones. Se divierten a tu costa porque ven lo mucho
que te enfadas, y eso les hace una gracia macabra. Pero si hicieras como Chispa
Brava, y no respondieras a nada, se aburrirían y buscarían a otro, o se irían a
hacer algo que les resultase más divertido.
Roque no terminaba de creérselo. Pero en los días siguientes trató de hacer
caso a aquel chico mayor. Le costó mucho hacerse el indiferente las primeras
veces que se reían de él, pero no fueron muchas, porque todo resultó como había
dicho el chico, y en unos pocos días, los abusones habían encontrado cosas más
divertidas que hacer que meterse con Roque. FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por ser lectores fieles Cuenta cuentos para educar.