CLASIFICACIÓN:
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EMOCIONES - MIEDO
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AUTOR:
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Begoña Ibarrola
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EDAD:
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A partir de tres años
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WEBGRAFÍA
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http://www.encuentos.com
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QUE TRABAJAMOS:
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Vencer el miedo
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La hormiguita estaba
asustada, se había perdido del resto de sus compañeras y se sentía muy sola.
— ¡Qué mala suerte
tengo! Me han abandonado —decía llorando, sin dejar de buscar por un lado y por
otro.
Pasó por allí una
lagartija y le preguntó:
— ¿Por qué lloras? —
Estoy perdida, el
resto de mi grupo se ha ido y no las encuentro, tengo mucho miedo porque no sé
volver a casa yo sola.
—No te preocupes, las
encontraremos, ¡ven conmigo!
La hormiguita, como
era tan pequeña, se subió encima de la lagartija.
—Vamos a dar una
vuelta por el campo a ver si alguien las ha visto pasar. Llegaron a un arroyo y
una rana les preguntó:
— ¿Dónde va una
hormiga encima de una lagartija? La lagartija le contó que la hormiguita estaba
muy asustada porque no encontraba a sus compañeras y ella quería ayudarla.
—Yo también quiero
ayudar, subid las dos encima de mí, vamos a ir por la orilla del río a ver si
alguien las ha visto pasar, pero no llores más, ya verás cómo entre la
lagartija y yo las encontramos.
La hormiguita, subida
encima de la lagartija, estaba entusiasmada del paisaje que veía, pero ahora
que la lagartija se había subido encima de la rana, no os podéis imaginar cómo
se sentía.
— ¡Qué de cosas veo
desde aquí! ¡Qué grande es todo! —decía abriendo los ojos de par en par,
asombrada.
Ya no lloraba y su
miedo estaba desapareciendo al darse cuenta de que los animales con los que se
encontraba querían ayudarla. Eso la hacía sentirse mejor.
— ¿Adónde va una
hormiga subida encima de una lagartija y subidas las dos encima de una rana?
—preguntó la tortuga. Y le contaron la historia.
—Yo también quiero
ayudar, subid las tres encima de mi caparazón, que yo sé dónde pueden estar las
hormigas.
—Pero tú eres muy
lenta —le dijo la lagartija.
—Pero soy muy vieja y
por lo tanto muy sabia, yo sé las costumbres de cada uno de los animales que se
encuentran por los alrededores, por eso creo que puedo ayudarla a encontrar su
hormiguero.
La hormiguita estaba
fascinada, no podía ni hablar de la emoción. Nunca había visto tantas cosas
como las que veía desde encima de la lagartija, la rana y el caparazón de la
tortuga: el río, los campos llenos de flores, las montañas, las casas a lo
lejos…
No podía imaginar que
el mundo fuera tan grande. «Si mis compañeras vieran esto», pensó sintiendo un
poco de pena, pero ya nada de miedo porque todos los animales con los que se
encontraba querían ayudarla a buscar a sus compañeras.
Pensó también en lo
divertido que era ir encima de una lagartija que iba encima de una rana que iba
encima de una tortuga. «Si me vieran aquí subida…»
Al pasar por el camino
encontraron una hilera de hormigas y la tortuga les preguntó:
— ¿Acaso estáis
buscando a una de vuestras compañeras?
—Sí, sí —contestaron
llorosas—, se nos ha perdido hace un rato y no queremos volver a casa sin ella,
la pobre estará muy asustada y… ¿Por qué llevas encima de tu caparazón a una
rana? ¿Y por qué esta rana lleva encima una lagartija? ¿Y por qué esta
lagartija lleva encima a una… ¡compañera!? No se podían creer lo que estaban
viendo.
— ¡Compañeras, os
encontré! Gracias a estas amigas os he encontrado y además he conocido lo
grande que es el mundo. Al principio sentía miedo, estaba muy asustada, creía
que estaba sola, pero después la lagartija me ayudó, y la rana y la tortuga,
que, como es muy sabía y tiene muy buena memoria, sabía dónde podíais estar.
Primero se bajó de la
tortuga la rana, luego la lagartija se bajó de la rana y, por último, la
hormiguita se bajó de la lagartija. Las hormigas le explicaron lo importante
que era no separarse del grupo para no perderse y dieron las gracias a los
animales que la habían ayudado.
Desde ese día la hormiguita
camina cerca de sus compañeras, procura no despistarse para no perderse, pero,
de vez en cuando, mira a su alrededor por si ve a alguna de sus amigas y la
llevan a dar un paseo. FIN
muy lindo cuento me encanto
ResponderEliminarCuántos recuerdos de mí niñez. Constancio C Vigil fue. un gran amigo de los niños. También con su revista Billiquen.
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