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CLASIFICACIÓN:
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VALORES - ESFUERZO
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AUTOR:
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Desconocido
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EDAD:
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Todas las edades
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WEBGRAFÍA
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http://www.cuentacuentos.cc/
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QUE TRABAJAMOS:
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El valor del trabajo bien hecho
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En un ancho valle vivían tres pequeños cerditos, muy diferentes entre
sí, aunque los dos más pequeños se pasaban el día tocando el violín y la
flauta. El hermano mayor, por el contrario, era más serio y trabajador.
Un día el hermano mayor del dijo: - Estoy muy preocupado por vosotros,
porque no hacéis más que jugar y cantar y no tenéis en cuenta que pronto llegará
el invierno. ¿Que haréis cuando lleguen las nieves y el frío? Tendríais que
construiros una casa para vivir.
Los pequeños agradecieron el consejo del mayor y se pusieron a
construir una casa. El más pequeño de los tres, que era el más juguetón, no
tenía muchas ganas de trabajar y se hizo una casa de cañas con el techo de
paja. El otro cerdito juguetón trabajó un poco más y la construyó con maderas y
clavos. El mayor se hizo una bonita casa con ladrillos y cemento.
Pasó por aquel valle el lobo feroz, que era un animal malo. Al ver al
más pequeño de los tres cerditos, decidió capturarlo y comenzó a perseguirle.
El juguetón y rosado cerdito se refugió en su casa temblando de miedo. El lobo,
al ver la casa de cañas y paja, comenzó a reírse.
- ¡Ja, ja! Esto no podrá impedir que te agarre -gritaba el lobo
mientras llenaba sus pulmones de aire.
El lobo comenzó a soplar con tanta fuerza que las cañas y la paja
salieron por los aires. Al ver esto, el pequeño corrió hasta la casa de su
hermano, el violinista. Como era una casa de madera, se sentían seguros
creyendo que el lobo no podría hacer nada contra ellos.
- ¡Ja, ja! Esto tampoco podrá impedir que os agarre, pequeños -volvió
a gritar el malvado lobo.
De nuevo llenó sus pulmones de aire y resopló con todas sus fuerzas.
Todas las maderas salieron por los aires, mientras los dos cerditos huyeron muy
deprisa a casa de su hermano mayor.
- No os preocupéis, aquí estáis seguros. Esta casa es fuerte, He
trabajado mucho en ella -afirmó el mayor.
El lobo se colocó ante la casa y llenó, una vez más, sus pulmones.
Sopló y resopló, pero la casa ni se movió. Volvió a hinchar sus pulmones hasta
estar muy colorado y luego resopló con todas sus fuerzas, pero no logró mover
ni un solo ladrillo.
Desde dentro de la casa se podía escuchar cómo cantaban los cerditos:
- ¿Quién teme al lobo feroz, al lobo, al lobo? ¿Quién teme al lobo
feroz?
Esta canción enfureció muchísimo al lobo, que volvió a llenar sus
pulmones y sus carrillos de aire y a soplar hasta quedar extenuado. Los cerditos
reían dentro de la casa, tanto que el lobo se puso muy rojo de enfadado que
estaba.
Fue entonces cuando, al malvado animal, se le ocurrió una idea:
entraría por el único agujero de la casa que no estaba cerrado, por la
chimenea. Cuando subía por el tejado los dos pequeños tenían mucho miedo, pero
el hermano mayor les dijo que no se preocuparan, que darían una gran lección al
lobo. Pusieron mucha leña en la chimenea y le prendieron fuego. Así consiguieron
que el lobo huyera. Los cerditos aprendieron después de esta aventura que:
ES IMPORTANTE HACER EL TRABAJO CON AFICION, SI DESEAS SALIR DE UNA
DIFICIL SITUACION. FIN
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